Los avances en inteligencia artificial significan que los proveedores de redes ahora pueden repensar sus operaciones para alcanzar la automatización de extremo a extremo. Pero la mayoría de los proveedores no quiere ceder el control a las redes que deciden su propia dirección y eliminan a los humanos de la ecuación. Ellos desean que sus redes sean más "adaptativas" para responder a un entorno competitivo en constante cambio y a las demandas de los consumidores, lo que requiere una combinación coherente de procesos operativos automatizados controlados y supervisados ​​por el ser humano, así como una inteligencia basada en análisis y una infraestructura subyacente programable.