Los usuarios residenciales necesitan servicios de banda ancha que sean fiables, seguros, de alto rendimiento y sumamente rentables. Los proveedores de servicios deben crear redes metro y de borde de próxima generación que puedan soportar los requerimientos de las aplicaciones residenciales nuevas y existentes para seguir siendo financieramente viables en este mercado en crecimiento y altamente competitivo.